El dulce olor de la higuera y el frescor del agua, son dos buenos recuerdos que viven en mi mente y que en la época estival considero unidos de la mano, aunque no sé si existe una relación exacta entre ellos o de pura alquimia se trata.
Sé de algunas buenas higueras que viven al lado de manantiales o nacimientos de agua por nuestra zona y aunque no son muchas, cosa que ya me gustaría, si que merecen por mi parte este humilde reconocimiento.